Los
tres amigos no sabían como solucionarlo y hablaban a gritos, casi
agrediéndose unos a otros:
-
No me cabrees porque te voy a dar, te voy a dar- gritaba agresivamente Alberto a Miriam que mantenía sus brazos cruzados, indiferente y desafiante ante las palabras de su amigo.
-
Mira, Alberto, vas de fuerte, de duro, pero a mi no me engañas, a mi no. Tienes a todo el mundo convencido de que no tienes miedo a nadie pero yo sé que no es así- se defendía Miriam.
César,
mientras tanto, miraba continuamente a los lados para comprobar que
nadie los escuchaba, que nadie
presenciaba aquella escena que terminaría muy mal si no intervenía
él, él, que siempre fue mediador,
paciente, calmado y tranquilo, aunque estaba a punto de perder toda
esa paciencia carácterística.
-
¡Basta ya! ¡ya vale! Dejad de echaros mierda y empecemos a concienciarnos de que tenemos un problema, y gordo. Cada uno por un lado no conseguiremos nada, ¡nada!¿me escucháis?- vociferó mientras sus amigos agachaban su cabeza arrepentidos.
1.-
Riqueza léxica. Utilizo distintas palabras (puedes utilizar el
diccionario)
2.-
No sólo indico el verbo y el sujeto. Lo enriquezco añadiendo
información de lo que está pasando alrededor.
3.-
Aclaraciones sobre algo dicho anteriormente.
4.-
Se utilizan adjetivos para que quede clara la personalidad de cada
personaje.
5.-
Fíjate también en que los diálogos son realistas porque he
intentando estar en esa situación imaginaria y expresarlo lo más
fielmente posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario