jueves, 22 de octubre de 2015

Nuestro viaje por el espacio


En el primer tema la lectura que hemos trabajado ha sido un fragmento de la divertida historia que Eduardo Mendoza relata en Sin noticias de Gurb. En 1ºA   nos hemos convertido en viajeros extra - terrestres, ya que hemos salido de nuestro planeta. Estas son algunas de las historias que hemos leído en clase.


Un Viaje por el Espacio


¡Hola! ¿Conocéis a Gurb? Pues bien, yo soy su amigo. No, no soy su amigo el alienígena, yo soy humano de toda la vida. Conocí a Gurb el otro día, y le ayudé a encontrar a su amigo porque él me lo pidió, y además yo siempre había soñado con conocer a un extraterrestre.
Como recompensa por haber encontrado a su compañero me llevó a hacer un viaje por el espacio. Me proporcionó un traje y, finalmente, partimos.
Todo estaba oscuro, pues todavía no había amanecido pero era necesario tomar este tipo de precauciones.
Yo estaba súper-emocionado con salir de la Tierra y visitar otros planetas, cosa que no todos los días ocurre, por el contrario el compañero de Gurb se había encariñado con la Tierra y no quería irse.
Pasamos la Luna, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, salimos del Sistema Solar y a una velocidad increíble recorrimos varios sistemas planetarios, hasta llegar a uno donde paramos para ser atrapados por la gravedad de un planeta, el cual, por tanto, era el de Gurb.
Al fin volvimos hacia atrás, y una vez más recorrimos parte del inmenso y fascinante Universo, hasta llegar a la Tierra.
Con lágrimas en los ojos me despedí de mis dos nuevos amigos que se alejaron hasta que sólo quedó un pequeño punto en el cielo que no tardó en desaparecer.

Gitanjali Powar



Un día, decidí salir a dar una vuelta al espacio con mi nave de último modelo. Os parecerá que he dicho una tontería pero es que dar una vuelta al espacio en el año 200666 es como dar una vuelta al barrio.
Salí de mi casa de Venus y me fui a la de Marte para regar las flores enviadas directamente desde Mercurio. Esto que he dicho, o también os parecerá una tontería pero es que a día de hoy todos los planetas del sistema solar son habitables gracias a que hicieron terratransformación, que consiste en darle a los planetas las cualidades de la tierra.
Empecé oficialmente el día cuando fui a desayunar al mejor bar de todo el sistema solar” Los desayunos del Anillo”, que está en los anillos de Saturno, cómo no. Hoy había mucho atasco porque en Júpiter estaban haciendo un evento muy importante, al que no pude ir, aunque quería. La razón de que no fuera es que a los treinta segundos de que salieran las entradas por Internet, se agotaron, y eso que había más de cinco millones de entradas. Llegué al bar y entonces pedí lo de siempre, pero me di cuenta de que había otro desayuno y por lo tanto, me costó decidirme aunque siendo fiel a mi rutina, elegí el de siempre.

 Después de desayunar me fui al mercado de Mercurio, donde venden las guindillas más picantes de todo el sistema solar. Pasado tiempo, después de comerme esas guindillas, me quise toma un helado y dónde si no me lo iba a comprar, sino en las heladería bajo cero grados de Neptuno. Me tomé el helado de limón y me fui a la Tierra, el lugar de nacimiento de mis antepasados, gracias a ellos, podemos viajar de un planeta a otro y también, que todos los planetas sean habitables.
Llegué a la Tierra y allí había de todo un poco, siempre que iba allí, me compraba la comida para toda la semana y si no podía ir, en el mercado de Marte, que también venden un poco de todo porque fue el primer planeta que lo convirtieron en habitable. Y justo cuando me quería ir, se me estropea la nave.
Tuve que llevarla al taller para que la arreglar y para cuando terminó, ya era de noche y en ese momento, me acordé de que tenía que visitar a mi abuela Frasquita, que vivía en Urano, ella siempre decía que tenía mucha calor, ¿por qué será?. Bueno, podría ser porque ella antes vivía en Mercurio, pero creo que eso no sería.
Bueno, sigo, fui e hizo lo de siempre, llegué:  Saludo y dos besos. Acto seguido me preguntaba si tenía novia, yo siempre decía un no rotundo y me iba de regreso a Venus. 
Y así es  un día cualquiera en el año 200.666.

Juan Berbel




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